Tras su descubrimiento, la escultura fue registrada en el Museo Nacional de Afganistán y pasó a formar parte de su colección. Sin embargo, fue robada durante la guerra civil afgana (1992-1994) y se perdió hasta 2019, cuando el registro de artloss la denunció a la policía. El Museo Británico y el Museo Nacional del Afganistán confirmaron su procedencia y la escultura se encuentra en exposición temporal en la sala 53 antes de ser devuelta a Kabul a finales de este año.