En 1966, las autoridades vendieron a un aficionado ruso las pinturas Adán y Eva, que una sala californiana adquirió después, en 1971. La familia Goudstikker reclamó en 2007 ambas obras, pero una corte federal de apelación calificó el lunes de “acto de Estado” la venta oficial de hace cinco décadas, y ha cerrado el caso.