El Instituto Científico en Criminalística Documental ICCD ofrece sus servicios con cualificados profesionales, nacionales e internacionales, colaborando con entidades y Museos de todo el mundo, para ofrecer al propietario de una obra de arte la posibilidad de certificar la autenticidad de la misma para su venta en subasta, en el mercado secundario o simplemente documentarla para futuro.
Surge así ArteICCD división especializada en el estudio técnico científico de obra artística dependiente del Departamento en Grafística y Documentoscopia.
El creciente mercado de arte (moderno, contemporáneo, clásico) está generando innumerables certificadores de obras, cuyo juicio positivo se considera, cada vez más, aval imprescindible para que la obra pueda salir, con éxito, a la venta. Por contra, sin acreditar su autenticidad es, casi seguro, que la obra no podrá salir al mercado de compraventa o subasta. El propietario se encuentra, por tanto, con una obra que siempre ha tenido en valor, sin duda de su autoría, pero de la que desconoce su origen, careciendo, de control documental sobre la misma.
Lo importante era la obra pero en la actualidad las casas de subastas han impuesto el criterio de que el valor económico de una obra de arte va íntimamente unido a su documentación, que memoriza y autentifica su autoría, el origen y recorrido por diferentes manos o colecciones, y hasta su pedigrí, información toda ella con importancia capital en la valoración y tasación de la obra, ya que no siempre el autor está en vida para poder certificar su obra, y aunque existen familiares de algunos autores que se encargan de esta labor, entendemos que no son los idóneos ya que ¿cómo puede un familiar conocer todo lo que elaboró el artista en cualquier momento y lugar?
¿Cuántas sentencias y denuncias por estafa existen en los Tribunales contra familiares de autores, amigos, supuestos expertos, incluso fundaciones, que certifican obras sin más ayuda que la de ser familiar o conocedor a ojo (se supone que experto)?
Los catálogos de las Galerías, en declive por el coste de editarlos, han sido una fuente que documenta y denota la autenticidad de la obra, normalmente en obra moderna, pero no así en obras clásicas o de cierta antigüedad, para su venta en momentos posteriores. Otra fuente de autenticidad son los catálogos razonados de la obra de un autor, pero los costes hacen que pocos autores cuenten con su catálogo, así en España, no más de unos 20 autores tienen el suyo. Los Museos no cuentan con fondos suficientes que les permitan abarcar este trabajo.
Frente a este panorama, surgen profesionales que certifican de forma multidisciplinar obras de arte, basándose en técnicas sucesivas complementarias y no exclusivas que abarcan desde el estudio de la firma del autor, cuando existe en la obra, análisis de pigmentos para datar en fecha la pintura y examen de estilo realizado por restauradores y conservadores en bienes culturales procedentes de distintos Museos, así como expertos en la obra específica de autor que se trate.